En memoria de Ricardo Flores Magón


«No renunciaré al ideal, venga lo que venga»
diciembre 3, 2008, 2:43 am
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FLORES MAGÓN

No renunciaré al ideal, venga lo que venga«

 

«¡Adelante, compañeros! Pronto escucharéis los primeros disparos; pronto lanzarán el grito de rebeldía los oprimidos. Que no haya uno solo que deje de secundar el movimiento, lanzando con toda la fuerza de la convicción este grito supremo: ¡Tierra y Libertad…!» (Regeneración, 19 de noviembre de 1910)

 Ricardo Flores Magón nació en San Antonio Eloxochitlán, Oaxaca, el año de 1873 en el seno de una familia humilde. Realizó sus estudios primarios en la ciudad de México y ahí mismo ingresa a la Escuela Nacional Preparatoria. En 1893 inicia la carrera de abogado en la Escuela Superior de Jurisprudencia, misma que no concluye y se inicia como periodista de oposición en «El Demócrata».

En 1900, en compañía de su hermano Jesús, fundan el periódico «Regeneración», cuya campaña en contra del presidente Porfirio Díaz le da por resultado ser encarcelado. Al salir de la cárcel en 1902, colabora en el periódico «El Hijo del Ahuizóte» y vuelve a ser aprehendido. Dos años después, escapa de la persecución de la dictadura y llega a San Antonio, Texas. Junto con su hermano Enrique, reanudan la publicación de «Regeneración», pero se ven obligados a trasladarse a San Luis, Missouri, debido a la implacable persecución que el General Díaz ordenó en contra de ellos.

EL MAGONISMO

El magonismo es un movimiento politico-social de principios de este siglo que impulsaba al pueblo mexicano a hacer la revolución total, o sea, una revolución del sistema económico, político y social. Realizaron varios levantamientos y tres veces impulsaron los magonistas la revolución armada en el país: primero en septiembre de 1906, después en junio de 1908 y finalmente durante la primera mitad de 1911 en Baja California Norte,

El magonismo que arraigo en todo el pueblo rebelde fue dinamizado por tres herramientas fundamentales: un periódico, Regeneración, fundado en 1900, a través del cual pudieran difundir sus ideas y algunas instrucciones. Una organización, el Partido Liberal Mexicano, llamado a constituirse en 1905. Y una ideología, el magonismo, que se radicaliza gracias al impulso de Ricardo Flores Magón, y de ser inicialmente liberal se transforma en socialista libertario. En esta ideología anarquista de Flores Magón, es muy importante la presencia de la forma de vida de los pueblos indios, basada en la ayuda mutua, la propiedad comunal y la organización tradicional.

Lo que debe quedar claro es que la revolución que buscaban los magonistas era total, radical, muy diferente por tanto a lo que se ha llamado «revolución mexicana maderista». Por ello, el magonismo no es su precursor, porque no luchaban por lo mismo.

El 25 de mayo de 1911 llegaba a su fin la dictadura con la renuncia de Porfirio Díaz a la presidencia de la República, triunfando con ello el movimiento maderista. Sin embargo, ese triunfo no significaba el triunfo de la revolución para Ricardo Flores Magón, sino su degeneración en un simple movimiento político y llamaba al pueblo mexicano a impedirlo:

«Es necesario, pues, abrir los ojos, mexicanos. No nos conformemos con que Madero vaya a sentarse en el sillón presidencial, porque ningún gobierno podrá decretar la felicidad. La felicidad se consigue obteniendo la libertad económica por medio de la toma de posesión de la tierra y de la maquinaria de producción, para aprovechar todo en común. Francisco I. Madero y Porfirio Díaz acaban de celebrar un tratado de paz… Se harán tal vez las elecciones, resultará electo presidente un hombre bueno; pero ese hombre, por bueno que sea, no podrá salvar de la miseria a la inmensa mayoría del pueblo mexicano, porque como gobernante tendrá forzosamente que velar por los intereses de la clase capitalista, pues no para otra cosa sirven los gobiernos…» (Regeneración, 27 de mayo)

Las ideas que pregonaba Flores Magón fueron levantadas en gran parte por Emiliano Zapata, el cual, junto a Pancho Villa desde el norte llevaron la revolución adelante por tierra y libertad.

LA CONSTITUCIÓN HA MUERTO

Al celebrarse el 5 de febrero de 1903, Ricardo Flores Magón denunció los abusos del gobierno de Porfirio Díaz, afirmando que como consecuencia de ese gobierno, la Constitución había muerto:

«Cuando ha llegado un 5 de febrero más y… la Justicia ha sido arrojada de su templo por infames mercaderes y sobre la tumba de la Constitución se alza con cinismo una teocracia inaudita ¿para qué recibir esa fecha, digna de mejor pueblo, con hipócritas muestras de alegría?”

Esta crítica del liberal Flores Magón, hoy todavía vigente, se hizo más dura al volverse anarquista: «Si la Constitución de 1857 no benefició a la clase trabajadora, eso se debió a que el tal libraco no fue escrito para emancipar a la clase trabajadora, sino para legalizar el robo cometido por la clase patronal y robustecer la autoridad» (Regeneración, 28 de febrero de 1914).

LA ACRACIA VIAJA A MÉXICO

De las corrientes socialistas europeas, será el anarquismo el que ejerza mayor influencia sobre los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (P.L.M.)

El antiestatismo, el ateismo y el igualitarismo, así como el desprecio ácrata por los mecanismos electorales, atraerán intensamente a un sector del PLM.; todo ello, al igual que la persecución, la cárcel y el exilio había preparado las cosas para que dicho sector viera como única salida ante el despotismo porfirista, la revuelta radical.

La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano no imprime a su discurso una postura abiertamente anarquista sino hasta después de 1906; no obstante, desde 1904 viene promoviendo la creación de grupos armados en más de doce estados de la República mexicana.

Posteriormente, en los manifiestos de 1911, el núcleo anarquista del Partido Liberal Mexicano dirige sus dardos hacia la trinidad maldita: capital, autoridad y clero, invitando a la rebelión y a la expropiación, así como a la formación de milicias armadas.

EL DERECHO A LA REVUELTA

En marzo de 1918 se lanzará el último manifiesto magonista, que es una exhortiva a los anarquistas del mundo para que el borde de ese abismo de barbarie que era la Primera Guerra Mundial, se lanzaran a la revuelta; este manifiesto termina con el grito de ¡Viva Tierra y Libertad! Dicho manifiesto costaría el noveno encarcelamientoa Ricardo Flores Magón.

En 1921, Ricardo Flores Magón reacciona contra la actitud del Ministerio de Justicia de Estados Unidos de proponerle la libertad a cambio de su arrepentimiento:

«¿Arrepentimiento? No he explotado el sudor, el dolor, la fatiga ni el trabajo de otros; no he oprimido una sola alma; no tengo de qué arrepentirme. Mi vida ha sido consumida sin haber adquirido riqueza, poder o gloria, cuando pude haber obtenido esas tres cosas muy fácilmente; pero no lo lamento. Riqueza, poder o gloria solamente se conquistan atropellando los derechos de otros. Mi conciencia está tranquila, porque sabe que bajo mi vestidura de convicto late un corazón honrado. Yo pudiera ser puesto en libertad tan sólo con firmar una petición de perdón (pero no lo haré) porque es mi honor como luchador por la libertad, mi honor como defensor del pobre y del desheredado, vigorizado durante 30 años de lucha por la justicia para todos, el que está en peligro… No renunciaré al ideal, venga lo que venga» (Carta a Nicolás T. Bernal, 3 de agosto de 1921).

 

Dentro del noveno encarcelamiento a los 49 años de edad, casi ciego y enfermo de los pulmones, encuentra la muerte el 20 de noviembre de 1922 en la cárcel de Leanvenworth (Kansas). Otro magonista preso, Librado Rivera, fue el primero en ver el cadáver y observo claras huellas de ahorcamiento. La versión oficial fue que murió del corazón.

Para trasladar el cadáver de Ricardo Flores Magón desde Kansas, en el centro de Estados Unidos, hasta la ciudad de México, no fue el gobierno sino los trabajadores los que se hicieron cargo. Los ferrocarrileros, entonces organizados en sindicato independiente, se coordinaron con obreros norteamericanos para embalsamar el cuerpo y traerlo por tren. Cuentan las crónicas y se observa en algunas fotos, que a su paso por distintas ciudades mexicanas, la multitud rendía homenaje al oaxaqueño asesinado. Finalmente llegó al D.F. al mediodía del 15 de enero de 1923 y tras realizar una marcha con el féretro por el centro de la ciudad, fue velado en el local de los ferrocarrileros y sepultado por la tarde en el Panteón Francés, en una tumba comprada por el mismo sindicato.

Ricardo Flores Magón decía que sobre su tumba sus amigos podrían escribir «aquí yace un soñador», porque él imaginaba un mundo mejor y luchaba por construirlo. Esa voluntad de imaginar libremente y moverse para concretar las utopías es lo que hace valiosos a los hombres, como Ricardo Flores Magón.

 

Las ideas de Flores Magón, quien lucho por la causa de los oprimidos, de los pobres, de los explotados, empapando a su pueblo de un espíritu rebelde y libertarios nos deja el legado de seguir creando alternativas para que los pueblos se levanten contra su enemigo pregonando la conciencia de clase, la lucha y la libertad.

¡VIVA TIERRA Y LIBERTAD!

 

FUNDACION DE ESTUDIOS LIBERTARIOS “FLORES MAGÓN”

 

 * Esta ponencia fue aportada por las y los compañeros de Montevideo, Uruguay; quienes se solidarizaron con las jornadas de Homenaje. Desde aca nuestro saludo y nuestro abrazo combativo.


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